La Gilipollas de la Semana: Rita Barberá
Andaba la alcaldesa de Valencia Rita Barberá un día de estos por su casa, después de una dura jornada de trabajo, en zapatillas y con los rulos puestos tratando de relajarse un poco antes de enfundarse en su camisón, rezar el cuatro esquinitas tiene mi cama y acostarse cuando los muchachotes del 15-M le montaron una manifestación frente a la puesta de casa. Así; sin pedir permiso ni avisar. Parece ser que a Rotunda Rita no le vino bien la cosa pero en vez de salir al balcón y ponerse a saltar – parece ser que esto lo reserva para la elección de Fallera mayor – no vio mejor salida a lo suyo que llamar al Ministro del Interior para ver si le enviaba algunos policías mamporreros o algo. “¿Está el Ministro? ¡Qué se ponga! Porque soy una política L’Oréal y yo lo valgo”. Todos deberíamos actuar así. Tener línea directa con el Ministro del Interior para que nos solucionara los marrones domésticos. ¿Qué los vecinos de arriba tienen un despreciable gusto musical? Ahí viene Rubalcaba a reprenderlos. ¿Que los borrachos de fin de semana se han aficionado a rellenar alcorques bajo nuestra ventana? Ahí está Rubalcaba con un orinal. Sería fantástico aunque por desgracia todavía tenemos que conformarnos con el 112 y confiar en que el operador no se líe con nuestra dirección.
Por eso, siendo justos, el que tiene el móvil de Rubalcaba e intenta utilizarlo para que le solucionen los marrones del día a día es un Gilipollas y así hay que decirlo. Bueno, o una gilipollas ¿Verdad Rita, bonita? Porque, ya puestos, siendo la jefa de la Policía Local de Valencia ¿no te podías haber ahorrado la conferencia? ¿A quién hubieras llamado si Rubalcaba no te llega a coger el teléfono? ¿A Milans del Bosch para seguir la tradición? Lo dicho. ¡Gilipollas!
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