En casi la mitad de estas aberraciones documentadas los torturadores contaron con la asistencia y colaboración del personal médico del ejército de EE.UU. Para The Guardian la orden Frago 242 revela una instrucción clara para ignorar los abusos a detenidos por las autoridades iraquíes. Una licencia para torturar. Para The New York Times es como mínimo un “encogimiento de hombros institucional”.
... y Obama entregó a los detenidos a pesar de las denuncias de tortura. Hecho que The Bureau of Investigative Journalism considera sobradamente documentado y que los grandes medios, también españoles, minimizan o prefieren pasar de soslayo.
En esta pesadilla, que no lo es, se documentan innumerables ataques áereos que se han convertido en una continua carnicería de inocentes…. de hecho el 63% de las víctimas de la guerra son civiles.
The New York Times no publicará ni uno solo de los 391.832 documentos que WikiLeaks ha filtrado a diversos medios de comunicación. Pero ya ha adelantado una primera opinión de lo que ha visto y lo que sabe.
1. Las muertes de civiles iraquíes – en manos de otros iraquíes y de los militares estadounidenses son mucho mayores que las cifras hechas públicas en los Estados Unidos durante la administración Bush.
2. Si bien el abuso a los prisioneros en Abu Ghraib conmocionaron al público estadounidense y de todo el mundo, los nuevos documentos muestran un panorama aún más espeluznante.
3. La guerra en Irak dio lugar a una dependencia de contratistas privados en una escala desconocida, hasta el punto de haber más contratistas que soldados.
0 comentarios