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El carguero espacial ya está en la estación

El carguero espacial ya está en la estación

A las 16.59 ha atracado en la Estación Espacial Internacional (ISS) el carguero europeo, de más de 20 toneladas y el tamaño de un autobús de dos pisos, cargado de suministros para la base orbital. La delicada maniobra de aproximación se ha realizado poco a poco, en diferentes fases, hasta que la nave se ha enganchado automáticamente al punto de atraque del módulo ruso Svezda, bajo la vigilancia de la tripulación de la ISS y de los operadores del centro de control ubicado en Toulouse (Francia), en contacto permanente con los otros dos centros (en Moscú y en Houston, EEUU) que se ocupan de la estación. Los dos vehículos, el carguero Johannes Kepler y la ISS, giran en torno a la Tierra a una altura de 350 kilómetros y una velocidad de unos 28.000 kilómetros por hora, dando una vuelta al planeta cada hora y media. Unos minutos después de la llegada de la nave europea se han asegurado los cerrojos de fijación, con lo que han terminado las operaciones específicas de la jornada, ya que no será hasta 24 horas después cuando los astronautas abran la escotilla y accedan al carguero.

Tras ocho días de viaje en órbita desde el lanzamiento con un cohete Ariane 5 en la base europea de Kourou (Guyana Francesa), el Johannes Kepler estaba esta mañana a pocos kilómetros de la ISS. Esos ocho días han sido tranquilos para los operadores del vuelo ya que en esta ocasión no han tenido que realizar ninguna maniobra para evitar el riesgo de colisión del vehículo con algún pedazo de basura espacial. "Con el primer carguero, el Julio Verne, en 2008, hubo que hacer hasta tres maniobras de este tipo para esquivar trozos que suponían un riesgo", explicaba junto a la sala de control Alberto Novelli, jefe de operaciones de la ISS en la ESA.

El Johannes Kepler, una de las dos contribuciones principales a la ISS de la Agencia Europea del Espacio (ESA), junto con el módulo Columbus integrado en la base orbital desde 2008, lleva a la tripulación en órbita suministros, combustible, recambios, alimentos, ropa, etcétera. El programa incluye el lanzamiento de cinco de estos cargueros (denominados ATV) hasta 2013 o 2014, ha explicado Bernardo Patti, uno de los responsables del programa en la ESA. Ya se han lanzado dos (el Julio Verne y el Johannes Kepler) y el tercero, el Edoardo Amaldi está en construcción para ser lanzado el año que viene. Después irán los dos últimos, de momento. El coste total de los cinco ronda los 1.000 millones de euros más los lanzamientos.

El carguero ha entrado en la fase más delicada de la maniobra de atraque al llegar a 3,5 kilómetros de la estación, el perímetro que no puede sobrepasar ningún vehículo sin la autorización de los países miembros de la ISS. Cuando ha recibido la luz verde ha empezado a acercarse y se ha colocado en posición. Dos horas antes del atraque ya se veía perfectamente en dos grandes pantallas del centro de control que transmitían la señal de dos cámaras: una ubicada justo en el punto de atraque en el extremo del módulo Svezda para facilitar la maniobra, y otra, teledirigida por los astronautas y fijada en la estructura exterior de la estación, una viga a lo largo de todos los módulos. De vigilar la llegada del Johannes Kepler desde la estación ha estado encargado el astronauta italiano de la ESA Paolo Néspoli, con un panel en mano listo para abortar la maniobra si el carguero hubiera supuesto en algún momento un riesgo para la ISS.

En la sala de control medio centenar de expertos estaban en sus puestos. "Unas 110 personas están implicadas en las operaciones del ATV y ahora mismo, para el atraque, hay 50 trabajando en la sala, pero cuando la nave esté fijada en la estación en estado durmiente bastan dos operadores aquí", explicó Martial Vanhove, de la agencia espacial francesa CNES, donde está el centro de control de ATV.

Tras la apertura de escotillas, los astronautas empezarán a descargar las más de siete toneladas de suministros que lleva el Johannes Kepler. Luego podrán utilizar la nave como un módulo presionado más del conjunto espacial, y especialmente tranquilo y silencioso, según dijeron los astronautas que estaban allí durante la misión del Julio Verne.

Una de las misiones esenciales de la nave europea es elevar la altura de la ISS, que va cayendo poco a poco debido al rozamiento y la atracción gravitatoria terrestre. "El carguero lleva 4,5 toneladas de combustible para elevar la estación unos 40 kilómetros, explicó Vanhove". Está previsto que en el mes de junio los astronautas metan en el carguero europeo residuos y basura generada en la estación; entonces este se separará y reentrará en la atmósfera terrestre quemándose. "Pero podemos prolongar la misión, todo depende del calendario de los transbordadores espaciales de la NASA", explicó Vanhove. Tras el lanzamiento del Discovery previsto para hoy, volará a la ISS el Endeavour en abril. Esta iba a ser la última misión de los transbordadores, pero la NASA está contemplando ahora la posibilidad de hacer una más, con el Atlantis, en junio.

Los seis astronautas de la ISS están muy ocupados estos días con el tráfico en su base orbital. El domingo pasado abandonó la estación un carguero ruso Progress que estaba atracado justo en el punto donde ahora se ha enganchado el Johannes Kepler y el próximo domingo debe llegar Discovery si zarpa hoy. En otro punto de atraque de la ISS está aún enganchado el carguero japonés HTV, también automático pero de características ligeramente diferentes al ATV. Estas naves se encargan de llevar suministros, repuestos, combustible y víveres a la tripulación.

"Todas estas naves son diferentes y complementarias; lo acordamos los socios de la ISS", explicó Novelli. "La Progress, con unas seis toneladas (algo más de dos de carga), es mucho más pequeña que nuestra ATV y la HTV no está diseñada para elevar la estación". El carguero europeo, cuando se desarrolló en los años noventa, recuerda este experto de la ESA, fue dotado de una gran potencia precisamente para elevar la estación porque se contaba con el efecto que tendría en la base orbital el ciclo solar previsto precisamente para ahora. "Pero estamos en pleno ciclo solar y no pasa nada", concluye.

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