" Recientemente he visto unas imágenes en las que se destruyen CDs pirata. Una apisonadora justiciera arrolla una vergonzosa montaña de fraude de forma espectacular. ¿Sabéis a qué me recordaban estas imágenes? Yo he visto algo parecido. De hecho son exactamente iguales a las imágenes de la ley seca, cuando rompían los barriles y tiraban montañas de botellas ante el público.
Como todos sabemos, lo único que consiguieron con aquella absurda ley fue crear un mercado negro. Y el problema de los mercados negros es que quien los ocupa suele tener pocos escrúpulos y está (pre)ocupado en sacar una sola cosa: dinero.
Pero ¿cuál fue el verdadero legado de la ley seca, una vez abolida? Antes de la ley seca había cientos de bodegas de whiskey, cientos de destilerías que hacían licores de mil y un tipos. Cuando se abolió, y hasta el día de hoy, cuatro marcas se reparten el 95% del mercado mundial del las bebidas alcohólicas.
Tras la caída de la Ley Sinde en el Congreso la semana pasada, se ha agitado un debate en el que, en variopinta diversidad, se intenta consensuar una línea divisoria entre lo aceptable y lo ilegal.
Nacho Escolar, que cuenta con mi admiración, y que incluso fue testigo de la defensa en el juicio que me enfrenta a las mayores discográficas del mundo, ha enriquecido el debate señalando un nuevo vértice del que todos han aportado su particular punto de vista. En concreto se centra en el lucro de una conocidísima página web de enlaces: SeriesYonkis.
Nacho, como periodista que es, investiga y cuenta. El lenguaje que utiliza, sin embargo, recuerda más a una novela negra que a una página web. Nacho procede a "desvelar" quien "está detrás" de la "autoría" de la página con "ánimo de lucro". Muy siniestro todo. Y en mi opinión fuera de lugar.
No se hace referencia alguna al funcionamiento interno de SeriesYonkis, es decir, a en qué consiste el trabajo del equipo que administra la web. Personalmente lo desconozco, pero me parece razonable que antes de decidir si lo que alguien hace es "justo" o no, habrá que ver qué es lo que hace, más allá de si obtiene ingresos o no por ello.
Como dije en Twitter el mero "lucro", por muy mal que suene, no ilegitima. Igual que lucrarse con un blog no quita razones al escritor del mismo. Otra cosa es que el autor del blog se dedique a plagiar. La cuestión, en resumen, es ¿qué hace esa persona para lucrarse?
Y aquí es donde entra lo que, en mi opinión, es el eje central del debate: el enlace. Un enlace es una cadena de texto, usualmente corta, que describe el lugar donde se encuentra determinado archivo en Internet. Se puede pensar en los enlaces como los herederos de las citas bibliográficas, tan comunes antes del hipertexto.
La naturaleza legal de los enlaces ha sido discutida en todo el mundo, siendo la opinión mayoritaria la que los define como dato fáctico que describe un acto de comunicación pública que ocurre en algún otro sitio de Internet. En resumen, el enlace no comunica, no reproduce, no copia. El enlace dice lo que ocurre en un tercer sitio.
Un enlace en una web de enlaces es a una película de MegaVideo, por ejemplo, lo que las páginas de un periódico con la información de parrilla de televisión a un partido de fútbol emitido por GolTV. Es evidente que el periódico está informando sobre una comunicación pública de un tercero, y nada tiene que ver la posible pugna judicial que GolTV pudiera tener al respecto de los derechos de emisión de ese evento.
¿Entonces no hay nada "malo" en SeriesYonkis? Pues, como dije antes, desconozco el funcionamiento del sitio, pero podemos valorar qué cosas, creo yo, hay que tener en cuenta.
Si la obra, una película de estreno por ejemplo, se ha obtenido con una cámara en una sala de cine, estaremos ante una copia no autorizada. No creo que los dueños de SeriesYonkis fueran capaces de ir a tantos estrenos en tantos idiomas, luego parece que serían usuarios particulares los que consiguen esas copias.
Suponiendo que sean esos usuarios los que la suben a MegaUpload, RapidShare, MegaVideo, etc. es posible que obtengan ingresos por la difusión no autorizada, aquí sí, de la obra. Esto es así porque algunos de los sitios mencionados ofrecen programas de afiliación que generan comisiones para aquel que subió el archivo originalmente.
Si estas elucubraciones son reales, nos encontramos ante un delito según el artículo 270 del Código Penal por parte de ese usuario, ya que existe una comunicación pública no autorizada que el usuario realiza en el sitio al que sube la película, y además un ánimo de lucro ya que el usuario recibe comisiones de dichos sitios a cambio.
El hecho de que exista un enlace en SeriesYonkis es irrelevante, el delito se ha consumado antes de que ese enlace aparezca, y continua después de que el mismo enlace sea eliminado.
El ánimo de lucro de las páginas de enlaces, siendo Google la mayor del mundo, no sólo es lícito en prácticamente todos los países del mundo, sino que estimula la accesibilidad de contenidos en la sociedad de la información.
Postular una suerte de responsabilidad contagiosa, de forma que enlazar algo equivale a subirlo a la red, sacaría de la legalidad a gran parte de la World Wide Web. ¿Y enlazar al que enlaza? ¿también sería "injusto"?
Veamos posibles soluciones. Aunque lo primero que tiene que plantearse la industria de la copia es la reconversión, hay fórmulas sencillas que pueden ofrecer protección a la propiedad intelectual para aquellos que, erróneamente en mi opinión, quieran seguir confiando en el modelo restrictivo como solución a todos sus males.
Si un propietario de derechos localiza en una página web un enlace a contenidos de su propiedad, actualmente puede acudir al sitio en el que está siendo alojado el archivo. Formulando una queja al sitio, sea MegaVideo, Rapidshare o YouTube, el contenido será eliminado y los enlaces externos, por ejemplo en SeriesYonkis, apuntarán a una página vacía.
Yo propongo un sistema parecido para los enlaces. Un sistema parecido que ya está en funcionamiento hace años en Estados Unidos, recogido en la DMCA. Si Google indexa un enlace a un contenido que está siendo difundido sin autorización, el propietario puede pedir a Google que dicho enlace no aparezca en los resultados. El contenido seguirá estando en el sitio de destino hasta que el titular acuda al mismo, pero al menos no aparecerá en Google.
De hecho, aunque la ley en España no recoge esta fórmula, nosotros ya la estamos utilizando en nuestro buscador FooFind. Si alguien nos hace saber que un enlace apunta a una obra de su propiedad, y nos pide que lo retiremos, lo haremos a la mayor brevedad posible, tras comprobar en la medida de las posibilidades la validez de la queja, normalmente en 48 horas.
En mi opinión un sistema así podría resolver muchos problemas. La reforma consistiría en aclarar el "conocimiento efectivo" de la infracción que el artículo 17 de la LSSI asocia a la responsabilidad de los intermediarios de la sociedad de la información, entre ellos las páginas de enlaces.
Si una web de enlaces hiciera caso omiso a las quejas, servirían estas para un proceso judicial que, con todas las garantías del estado de derecho, serviría para proteger a los autores.
Una cuestión que me planteo hace tiempo, y últimamente con mayores dudas, es el verdadero objetivo del lobby del copyright. Es posible que no quieran soluciones. Es posible que sólo quieran romper la baraja. Romper la red.
Lo que nos jugamos es mucho: una ley seca del conocimiento, donde el "mass media" decide quién conoce qué. Dejemos las cazas de brujas y propongamos soluciones. "
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