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Citroën Survolt RC: Eléctrico, en Le Mans, a 260 km/h

Citroën Survolt RC: Eléctrico, en Le Mans, a 260 km/h

Me gustan los cambios. En especial si son para mejorar. He conducido coches híbridos, algún eléctrico en fase experimental y quizás pronto pueda probar un GT eléctrico de competición. En el Campeonato de España de GT. Lo está haciendo Joan Orús en las instalaciones de SunRED. Él está emocionado con el asunto por el reto tecnológico que representa y la locura de placer que eso significa para todo buen ingeniero. Y este es de lo mejores. Me ha confesado que potencia habrá de sobra para echarle carreras a los mejores GT del Campeonato, pero que al ritmo que deberá funcionar, y la permanente exigencia de entrega de potencia… por el momento no llegará a los cincuenta minutos que dura la carrera. Dichosa autonomía. Es el mismo problema que hay en los coches de calle. Ya anuncian respetables autonomías de 300 km… pero no pongas el aire acondicionado o la calefacción, y no quieras ir más rápido de lo estrictamente aconsejado por el ordenador para conseguir la mencionada autonomía.

Me gusta tener la certeza de que cuando llegue el coche eléctrico la competición no desaparecerá. Sí, ya sé que hay carreras de eléctricos, pero no a todo podemos llamarlo competición. Aquí hablamos de más de quinientos caballos y prestaciones muy serias sin una gota de gasolina. Tan solo me preocupa el ruido. Las carreras sin ruido no serán lo mismo. Al menos al principio, luego nos acostumbraremos. Qué remedio. El problema del ruido ya está presente incluso con los motores Diesel. Hacen ruido, pero poco y feo. En Le Mans se oye llegar a los Aston Martin con su motor de gasolina bramando mucho antes de que se puedan ver los coches.

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Los Peugeot HDi y los Audi TDi, si quieres verlos por delante, te exigen atención, debes estar esperándolo, porque primero oyes un silbido, como algo que corta el aire. Luego escuchas la pisada del neumático. Y finalmente el motor. Una pena. Dentro de unos años será difícil explicar a alguien la brutal melodía de un Gran Premio de los ochenta, cuando se mezclaba el inconfundible sonido de los Ferrari V12, con los Alfa V12, con los V8 DFV Coswort de Ford y los Renault Turbo. Eso sí que era ruido. Aunque entre eso y la música de algunos locales acabaremos todos sordos.

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Justamente fue esto lo que ocurrió el pasado fin de semana en el circuito de Le Mans con la celebración de las Le Mans Classic, un espectacular evento que acoge los mejores coches históricos de competición, y la gran mayoría de los que, en una u otra época, han pasado por el mítico trazado francés. Y allí, rodeado de los coches más imponentes, deportivos y ruidosos, como fuera de lugar, como un extraño, como un marciano aterrizado en nuestro planeta repentina y equivocadamente se encontraba uno de los prototipos de competición más futuristas y a las vez más reales del momento: el Citroën Survolt RC (Race Car), un deportivo de altos vuelos que fue presentado como concept car en el pasado Salón del Automóvil de Ginebra de este mismo año, y que los ingenieros de la marca gala han querido llevar a la pista en un evento tan singular y glamuroso, para demostrar que el coche ya es una realidad.

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El Survolt es más pequeño de lo que puede parecer en las imágenes, son casi cuatro metros (385 cm, 187 cm de anchura y 120 cm de altura), un compacto muy deportivo y con muchísimo diseño. No es un artefacto feo como los que salen en casi todas las películas del futuro, este tiene formas redondeadas, grandes ruedas, un imponente alerón trasero y una mínima altura de carrocería que sirve para conseguir un acusado efecto suelo. Es un concept car escultural, que sale del armario… para ser una realidad. Pero sigue siendo un prototipo con una definición que está realmente próxima al mundo de la competición. La base es una estructura tubular panelada con fibra de carbono, material del que también está hecha la carrocería, lo mismo que los bajos del coche, que están carenados con un fondo plano con extractor y difusor posterior.

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El Survolt Race Car no solo es una arquitectura espectacular, alcanza los 260 km/h, y pasa de 0 a 100 km/h en menos de cinco segundos cubriendo los mil metros con salida parada en 22 segundos… Un Porsche 911 Carrera los hace 23,6 segundos. Para conseguirlo dispone de dos motores eléctricos que son capaces de generar hasta 300 CV de potencia. Dicha potencia está disponible en todo momento y hasta el régimen máximo, que es de 5.000 rpm. Los dos motores reciben la energía de dos bloques de baterías de iones de litio de 31 kW de capacidad, que pesan aproximadamente 140 kg cada uno, y que deben proporcionar una autonomía no inferior a los 200 km… Aunque podemos apostar que, a 260 km/h, no aguantarán 200 km. Posiblemente ni la mitad. Lo bueno es que en Citroën ya cuentan con un sistema de recarga rápida de dos horas de una fuente específica de gran potencia, o un recarga global para la que necesita diez horas enchufado a la red de 220V.

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“Estoy muy orgullosa de participar en un proyecto único y tan especial como este”, comentó la piloto belga Vanina Ickx, hija del ex piloto Jackie Ickx. “En la pista tuve buenas sensaciones. El Survolt es un coche de carreras real con un potencial muy grande y prometedor para el futuro”. Seguiremos informando.

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