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Bob Dylan Una canción para la chica sin hogar

Una canción para la chica sin hogar: To Bobby, de Joan Baez

Una película para la chica sin hogar: Cowboy de medianoche, de John Schlesinger

Un libro para la chica sin hogar: Crónicas, de Bob Dylan

Vamos a tocarlo y descubrirlo



Hubo un tiempo en que vestías muy bien. Lanzabas monedas a los vagabundos desde el apogeo de tu vida, ¿verdad? La gente te avisaba; “Ten cuidado, nena, porque todo lo que sube baja”. Tú pensabas que estaban de broma. Solías reírte de todo eso, porque pensabas que todos eran unos colgados. Pero ahora ya no hablas tan alto ¿eh?. No se te ve tan orgullosa ahora que tienes que gorronear tu próxima comida. ¿Qué se siente, eh? ¿Qué se siente al no tener un hogar, siendo una completa desconocida, como una piedra en el río?

Fuiste a los mejores colegios, oh, muy bien señorita solitaria. Lo aprovechaste para exprimir oportunidades, pero nadie te enseñó cómo vivir sin apoyos. Y es ahora cuando te das cuenta de que deberías empezar a acostumbrarte a buscarte la vida. Decías que no era lo tuyo eso de comprometerse con los desamparados. Pero ahora te das cuenta de que los pobres no venden ninguna coartada, cuando les miras al vacío de los ojos y tratas de llegar a un acuerdo con ellos.

Nunca te fijaste en que los malabaristas y los payasos ponían muecas de dolor mientras hacían sus trucos para ti. Nunca trataste de hacerles sentir bien, y nunca comprendiste que aquello estaba mal. Solías cabalgar sobre caballos cromados con tu amigo diplomático, aquel que llevaba sobre sus hombres un gato siamés. ¿No te dolió cuando descubriste que él ya no estaba allí, después de haberte robado todo lo que pudo?

Las princesas siguen en sus campanarios, y toda la gente guapa bebe celebrando sus triunfos y se intercambian regalos. Tú, en cambio, deberías quitarte ese anillo y empeñarlo, nena. Tú, que solías divertirte tanto con la manera de hablar de aquel vagabundo que se creía Napoleón. Vete con él ahora, que te está llamando. No te puedes negar. Cuando no tienes nada, no tienes nada que perder. Eres invisible y ya no hay ningún secreto que guardar. ¿Qué se siente, eh? ¿Qué se siente al no tener un hogar, siendo una completa desconocida, como una piedra en el río?

(Bob Dylan, Like a Rolling Stone)


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