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preparados para el cambio climático?????

preparados para el cambio climático?????

Se aconseja ejercer acciones sobre la población de riesgo, ya que el cambio climático puede acelerar o profundizar esa situación."El cambio climático profundizará los problemas sanitarios
y, por lo tanto, es necesario una planificación que permita la gestión de salud ambiental en forma integral, considerando las características regionales, con el objeto de prevenir situaciones de riesgo para la población".
     Tal es la conclusión de los profesionales del área de Epidemiología Ambiental de la subsecretaría de Gestión Ambiental (EASGA) municipal, en un informe que fue presentado recientemente en Monte Caseros.
     En esa ciudad del oriente correntino, se realizaron las Primeras Jornadas Internacionales sobre Municipios y Cambio Climático, organizadas por la citada comuna y el Movimiento Agua y Juventud Internacional, con el auspicio de Unicef, OPS, ministerio de Salud de la Nación, Instituto Nacional de Tecnología Industrial y ONG relacionadas con la problemática.
     El área que coordina el doctor Carlos Carignano y en la que intervienen las magíster Silvina Spagnolo y Paula Abrego
diagnosticó que, frente al desafío que presenta el cambio climático, se deben desarrollar sistemas de alerta temprana y fortalecer la participación social en la toma de decisiones basadas en la comunicación permanente.
     Sostiene que, en Bahía Blanca, las frecuencias de las diversas causas de muerte se encuentran dentro de los parámetros nacionales y tienen una distribución aleatoria, además, que en el quinquenio de 1993 a 1998, se reconoció un incremento de las muertes por accidentes y enfermedades respiratorias.
     El trabajo advierte que el envejecimiento acelerado, mayor al 12%, junto a una población pasiva transitoria con un decrecimiento del 10%, y el conocimiento de que los ancianos registran mayores casos de neumonías en invierno y deshidratación en verano, "señalan la necesidad de ejercer acciones sobre esta población de riesgo, pues el cambio climático puede acelerar o profundizar esta situación".
     A esto se suma el hecho de que la mortalidad infantil superior en la periferia, "ratifica la necesidad de proteger a los sectores más vulnerables o carenciados".
     Respecto del perfil de morbilidad, el estudio de EASGA indica que Bahía Blanca refiere prevalencias de variadas enfermedades, similares a las escalas nacional e internacional, "pero con diferencias significativas según el lugar de residencia en la ciudad".
     En ese plano, se puntualiza que los datos estandarizados indican que, salvo en el caso de las enfermedades respiratorias más frecuentes en los barrios de la delegación de Ingeniero White y de la delegación Villa Rosas, "el centro es el área que registra las mayores prevalencias de diversas enfermedades, como trastornos del oído, enfermedad cardiovascular, hipertensión arterial y diabetes, entre otras".
     Carignano dijo que el conocimiento de la morbimortalidad de la población es indispensable para establecer un sistema de vigilancia de aquellas causas de muerte y enfermedades más sensibles al cambio climático, ya que ello "contribuiría en la toma de decisiones para la adaptación y mitigación".
     En la investigación, fue planteado un posible escenario local en el que se prevén incrementos de olas de calor, una semana sin descenso nocturno de la temperatura, al igual que olas de frío (como lo sucedido en 1988), cambios en el régimen de precipitaciones por sectores, tormentas subtropicales con ciclones, incremento de 25 a 50 centímetros del nivel del mar con oleaje de magnitud y cambios en la salinidad y la temperatura del océano.
     Se afirma en el informe de EASGA que la situación en el distrito de Bahía Blanca es compleja, si se tiene en cuenta el estado de la infraestructura de los servicios.
     "Actualmente, altas temperaturas, precipitaciones importantes en corto tiempo y vientos de magnitud afectan los servicios de energía y de provisión de agua, cuestión esta última a la que se puede considerar como crítica, panorama que se agravaría si se dan condiciones climáticas como las pronosticadas", se consigna.
     También se advierte que los recursos sanitarios no están preparados para hacer frente a situaciones de emergencia que superen la demanda conocida; es decir, olas de calor, de frío, inundaciones, etc., cuestiones todas que forman parte de las repercusiones no evaluables del cambio climático.
     Al respecto, Abrego explicó que nuestra región, considerada como un ecosistema, "debería conformar grupos multidisciplinarios que trabajen sobre las distintas posibilidades del impacto y realicen estudios epidemiológicos, asociando los datos de la vigilancia ambiental, los meteorológicos y la morbimortalidad de la población".
     La profesional indicó que, mientras tanto, como sociedad, "debemos usar racionalmente la energía y el agua, exigiendo inversiones a los responsables de los servicios y, a la vez, optimizar los recursos de saneamiento, los sanitarios y de defensa civil".
     Se le preguntó a Abrego qué puede hace la comunidad para mitigar los efectos del cambio climático, a lo que respondió enumerando una serie de acciones:
     "Tener plantas en casa, usar productos de limpieza ecológicos, adquirir alimentos locales para reducir la necesidad de transporte...".
     --¿Y en lo que hace a la gestión publica y las instituciones privadas?
     --Creo que se deberían facilitar los horarios flexibles y las telecomunicaciones, lo que reduciría el número de desplazamientos innecesarios, plantar más árboles y arbustos y promover el uso compartido de automóviles.

¿De qué se trata?
     Posiblemente el cambio climático sea el problema ambiental, económico, social y político más importante que la comunidad mundial deba enfrentar en los próximos años, ya que sus efectos directos alteran los atributos y procesos del sistema ecológico.
     Igualmente fundamentales son los efectos indirectos, sociales y económicos, mayoritariamente negativos.
     "Por ello, es necesario contar con información regional que permita realizar estudios de vulnerabilidad y adaptación y que compruebe la asociación entre el impacto y determinadas enfermedades y, por lo tanto, la vigilancia epidemiológica es una de las herramientas fundamentales de un programa sanitario", apuntó Carignano.

Impacto en la Argentina
     La información suministrada a través del monitoreo ambiental de varias fuentes (entre ellas, el Servicio Meteorológico Nacional) permiten afirmar que la República Argentina ya ha sido afectada por el cambio climático, en el siglo XX.
     Entre esas afectaciones, se anotan:
* Aumento significativo de la temperatura de superficie en la Patagonia e islas del Atlántico Sur.
* Al norte de los 40 grados sur, las tendencias positivas de temperatura fueron menores, a partir de los últimos 40 años. En contraste, allí se registró un considerable aumento de la precipitación, durante las décadas del 60 y 70.
* Aumento de precipitaciones medias anuales en casi todo el país, con mayor incidencia en el noreste y centro, provocando, por un lado, anegamientos permanentes o transitorios de gran cantidad de campos productivos y, por el otro, la extensión de la frontera agrícola en la zona oeste periférica a la región húmeda tradicional, como también el aumento de caudal de los ríos, con excepción de aquellos que se originan en la cordillera de los Andes.
* Aumento de más de un grado en la zona cordillerana de la Patagonia, con el consiguiente retroceso de la mayoría de los glaciares andinos.
* Retroceso en los caudales de los ríos que se originan en las provincias de San Juan, Mendoza, Neuquén y Río Negro.
* Las nacientes del río Colorado se hallan en la cordillera de los Andes de Mendoza y Neuquén, por lo que el incremento de la temperatura pronosticado para esa zona afectaría negativamente su caudal.
* Variabilidad interanual de precipitaciones, impactando fuertemente en la producción agropecuaria por períodos de sequía y períodos de grandes lluvias, que generarían excedentes hídricos y causarían pérdidas económicas, como inundaciones de campos productivos, daños en la infraestructura y afectación de la seguridad y la salud de las poblaciones urbanas.
* Afectaciones en el litoral marítimo, con aumento de la temperatura del océano, cambio en las corrientes marinas, erosión costera, aumento del nivel del mar, de la energía cinética y frecuencia de las olas.
     Algunos efectos pueden ser beneficiosos, como, por ejemplo, inviernos más benignos, que reducirían los picos estacionales de mortalidad.
     Asimismo, los efectos indirectos mediados por la alteración de los ecosistemas consisten en limitaciones en el acceso a fuentes de agua, alteraciones en la capacidad de producción, almacenamiento y distribución de alimentos, cambios en los patrones de distribución de las poblaciones de vectores, elevación del nivel del mar y desplazamiento de poblaciones.
     Esos efectos provocarían enfermedades y defunciones referidas al incremento de la temperatura, acción directa de los fenómenos meteorológicos extremos, efectos relacionados con la contaminación atmosférica, enfermedades transmitidas por el agua y los alimentos, afecciones transmitidas por vectores (dengue, fiebre amarilla, leishmaniasis, malaria, tripanosomiasis, etc.), efectos provocados por agua y alimentos insuficientes, efectos sobre la salud mental y otras acciones deletéreas.

Reunión de Monte Caseros
     En el encuentro de Monte Caseros, se dieron cita intendentes municipales de todo el país y de localidades de otros países de América Latina, como Bolivia, Brasil y Uruguay; autoridades de la Unión Europea, funcionarios del ministerio de Salud de la Nación y de la provincia de Corrientes, empresarios locales y la comunidad educativa, todos convocados ante la necesidad de aunar criterios para gestionar programas de promoción, adaptación y mitigación del cambio climático.
     Se trataron temas referidos a la eficiencia energética, la movilidad sostenible, las buenas prácticas en el uso del agua y del suelo, la sensibilización comunitaria, la gestión integral de residuos, el inventario de emisiones de gas de efecto invernadero (GEI), las construcciones sustentables y la cooperación transfronteriza, entre otros aspectos.
     Monte Caseros, junto con Bella Unión (Uruguay) y Barra do Quarí (Brasil), conforman la triple frontera más austral de Sudamérica.
     Allí, la representación de Bahía Blanca expuso el perfil de la morbimortalidad de la población, las debilidades y fortalezas de la infraestructura, la necesidad de trabajar en conjunto con otras jurisdicciones (considerando las regiones como ecosistemas), para enfrentar en condiciones óptimas los desafíos que plantea el cambio climático.

Emisiones GEI
     La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático y el Protocolo de Kioto (PK) reconocen la importancia de implementar mecanismos flexibles para alcanzar de manera costo efectiva la reducción de emisiones GEI a nivel mundial, sin alterar el proceso de crecimiento de los países menos desarrollados.
     Nuestro país adopta el PK en 1997, ratificándolo en septiembre de 2001, mediante la ley 25438. El protocolo entró en vigencia en febrero de 2005.

Víctor Diez/"La Nueva Provincia"

 

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